Finalizado el IV encuentro en Monte Gordo (Portugal) ni los más optimista podían presagiar los buenos momentos pasados en ese precioso pueblo costero portugués, habida cuenta del pronóstico climatológico tan desfavorable, pues todo lo contrario, no cayó ni una gota de agua. Cielos amenazantes pero solo se quedó en eso, falsa apariencia, por el contrario las ganas de pasarlo bien cubrieron todas las espectativas creadas en torno a este encuentro tan especial al ser la primera vez que realizamos una convivencia pernoctando una noche fuera, todo un éxito que habrá que repetir.
La ruta que realizamos de 14 Km. atravesaba un pinar en plena costa portuguesa para llegar al la población de Vila Real de Santo Antonio, pueblo pescador y encantador que cruzamos paseando por sus calles más céntricas para llegar al puerto donde la desembocadura del Guadiana es absorbido por el océano Atlántico. Siguiendo con el circuito circular volvimos por la playa a nuestro hotel donde solo la oposición del viento que soplaba de cara, puso una nota negativa a los marchadores que alargaron el esfuerzo hasta la meta.
Una vez en el hotel saciamos nuestra hambre antes del merecido descanso en nuestras habitaciones, así como ubicarnos en unas instalaciones que solprendieron gratamente por su limpieza y trato recibido por los empleados del hotel que permitieron la entrada desde las 10 h. de la mañana del sábado como la salida de las 13:30 h. del domingo.
La noche tenía yo la certeza que la íbamos a liar, y así fue, Carmelo en plan estelar saltó a la pista de baile junto a Teresa animando al propio pianista que trataba de estar a la altura de un grupo con ganas de divertirse terminando todos o "casi todos"en la mini pista de la sala. Los "Giris" de la tercera edad que estaban presentes fueron deleitados por nuestra dotes de andaluces bailarines quedando estos como espectadores de nuestras danzas y aplaudiendo efusibamente, así hasta que el cuerpo no aguantó más y nos fuimos a descansar.
El domingo fue tiempo libre para que cada uno hiciera lo que más le gustase, unos de compra otros pasear por la playa, otros realizamos una pequeña incursión en el bosque de pinares y alguna como Carmen se atrevió a sumergirse con un atrevido baño en la playa.
Pusimos una hora de encuentro para compartir unas cervezas o vinos antes de almorzar y charlar de la jornada realizada.
Almuerzo despedida y para Sevilla.
Agradecemos a todos por haber puesto su granito de arena para poder realizar este tipo de encuentros que nos hace sentirnos más humanos y más cerca de los amigos de siempre, que ahora compartimos buenos momentos pero que también nos podemos tener cuando estos no sean tan buenos .
Aprovecho la ocasión para desear una Feliz Navidad a todos los marchadores, nos encontraremos el año que viene con nuevos encuentro.
Saludos para todos
